domingo, 27 de febrero de 2011

Los embarazosos negocios de España con las dictaduras árabes. 20 Minutos, 27-0-2011.


  • La violación de los derechos humanos y la falta de democracia no han impedido mantener relaciones y comerciar con los países de Oriente Medio y el Magreb.
  • Nuestra presencia en la zona abarca desde la venta de armas a la industria petrolera, y los países árabes realizan grandes inversiones en nuestro país.
  • La dependencia energética y el interés por contener la inmigración y el terrorismo islamista han prevalecido en las políticas de Occidente.
  • Consulta los lazos políticos y económicos de España con LibiaEgiptoTúnez,ArgeliaMarruecosBahréin y Yemen.


En noviembre del año pasado España negociaba la venta de más de 200 carros de combate, en un contrato de 3.000 millones de euros que será el mayor realizado hasta ahora por nuestra industria armamentística. El destinatario: Arabia Saudí, un país en el que la opo­si­ción polí­tica está prohi­bida, la prác­tica abierta de cual­quier otra fe que no sea el islam es ile­gal, hay gra­ves res­tric­cio­nes en prác­ti­ca­mente todos los aspec­tos de la vida de las mujeres y se contempla la pena de muerte para casos de ase­si­nato, apos­ta­sía, dro­gas, "bru­je­ría" y "com­por­ta­miento sexual inade­cuado".

Algo más de dos años antes, España preveía facturar 1.500 millones de euros mediante la venta de material militar al mismo régimen libio cuyo ejército está reprimiendo ahora a sangre y fuego las protestas de sus propios ciudadanos.

Las revueltas populares que están sacudiendo los países de Oriente Medio y el Magreb tienen, además del efecto contagio y de los problemas económicos de la población, una causa fundamental: La falta de libertad y de democracia existente en todos los estados afectados. Monarquías absolutistas, repúblicas dictatoriales, falsas democracias... Cada uno a su estilo, los países de la región llevan décadas sumidos en corruptas autocracias con el interesado beneplácito de Occidente.

Durante años, la mayoría de los países europeos, y especialmente los más cercanos a la zona, España incluida, han antepuesto sus intereses económicos y geoestratégicos a la exigencia de valores democráticos y de respeto a los derechos humanos. La idea era hacer la vista gorda (los informes de las organizaciones pro derechos humanos y otros organismos internacionales han estado siempre sobre la mesa) a cambio de asegurarnos tres cuestiones consideradas prioritarias: El freno al islamismo radical, el control de la inmigración y el mantenimiento del suministro de gas y petróleo.

España compra a Libia el 14% del petróleo que necesita y a Argelia el 33% del gas naturalEn este sentido, y según reconoce el propio Ministerio de Asuntos Exteriores, la política española con los países del Norte de África y de Oriente Próximo tiene como ejes prioritarios la seguridad ("La actividad de grupos terroristas islamistas próximos a Al Qaeda representa una amenaza directa a estos países y a los intereses españoles"), la inmigración ("La necesidad de gestionar esos flujos migratorios ha impulsado la firma de acuerdos con los países del Magreb, origen, tránsito y cada vez más destino de flujos migratorios hacia Europa") y las relaciones económicas ("España adquiere una parte importante de sus suministros energéticos de la región: el 14% del petróleo -principalmente de Libia-, y el 33% del gas natural -de Argelia en particular-").

Todo ello, sin olvidar, especialmente en estos tiempos de crisis, la necesidad de favorecer tanto la presencia de nuestras empresas en estos países, como las inversiones de estos países en nuestro territorio: Según datos del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, las inversiones en España de los países de la Liga Árabe alcanzaron los 445,59 millones de euros entre 1993 y marzo de 2008. Los que más invirtieron fueron Libia (189,36 millones de euros), Arabia Saudí (71,68), Marruecos (38,71), Omán (38,05), Kuwait (31,34), Jordania (24,46), Emiratos Árabes Unidos (20,22) y Argelia (14,09).

¿Doble moral o interés legítimo?

Tratados de amistad y de cooperación, grandes contratos comerciales, visitas oficiales, restablecimiento de relaciones diplomáticas... Los gobiernos occidentales se defienden argumentando los mencionados intereses nacionales prioritarios y destacando los beneficios que las relaciones comerciales pueden traer a la población, o los efectos contraproducentes de medidas radicales como embargos y sanciones.

Otros, sin embargo, denuncian que los principales beneficiados de estas políticas no son los ciudadanos, sino las empresas internacionales y las oligarquías locales, y critican una doble moral que, si bien no se limita a esta región del mundo (EE UU, por ejemplo, mantiene el embargo sobre la dictadura cubana, pero comercia con China y es aliado de Arabia Saudí), es precisamente en ella donde ha salido a la luz ahora con más claridad que nunca.

En este sentido, las víctimas, los pueblos oprimidos del Magreb y Oriente Medio, no sólo están diciendo a sus tiranos "hasta aquí hemos llegado"; también están lanzándonos un claro mensaje: No hay seguridad ni progreso económico real si se dejan a un lado las libertades y los derechos humanos.

En el documento original de 20 Minutos de Miguel Máiquez,encontrarás estado por estado, las relaciones que ha mantenido España con los países afectados hasta ahora por las revueltas populares en el mundo árabe.