sábado, 6 de febrero de 2010

Insolidario recorte del presupuesto de Defensa para bajar el déficit público.

Aunque el Ministerio lo vende como un gesto solidario e importante con las arcas del Estado, la realidad es la contraria. Y es así por varias razones:

Es el Ministerio de Fomento quien asume la mayor parte del recorte presupuestario (uno de los ministerios que sí produce riqueza).

Una parte de lo que se pide recortar es del Ministerio del Ministerio de Industria, donde Infodefensa reconoce que se realiza la mayor parte del gasto que tiene que ver con modernización de armamento del Ministerio de Defensa. Esto significa que los 141′1 millones de euros que se nos venden como un imponente gesto de solidaridad esconden que el verdadero presupuesto de defensa es mucho mayor al estar escondido en diversos ministerios, por lo tanto su reducción debería ser mucho más grande para ser realmente solidaria.

Además, en la noticia se reconoce la militarización de varios ministerios para ocultar la realidad – impopular – del gasto militar.

Por último, recordamos que el gasto en defensa es altamente improductivo en los aspectos sociales y económicos que tienen que ver con lo que realmente le interesa al ciudadano medio, sobre todo, si es parado. El gasto en defensa crea pocos puestos de trabajo, no crea bienes útiles socialmente que pueda disfrutar la población, sólo genera necesidad de uso en conflictos exteriores a los que mandamos a morir a nuestros jóvenes para, penosamente, no solucionar nada, genera exportaciones de armamento que logran empobrecer más al tercer mundo aumentando su dependencia tecnológica, política y económica del primer mundo, nuevas tecnologías, energías renovables; en fin, economía sostenible, como sugiere (que no hace) el P.S.O.E.

Una solución coherente con los razonamientos anteriores y realmente solidaria sería destinar el 50 % del gasto militar a planes de empleo para parados, a investigación y desarrollo no militar, a cooperación internacional, a reducir el déficil público, etc. Soluciones hay. Y además, soluciones no militaristas.