miércoles, 30 de diciembre de 2009

Porque no es una idea tonta

29 clABes #17 La contradicción militar. Tomado de Confidencialba.

29 clABesAlbacete ciudad de la Paz. Fue una de las marcas de ciudad que ha dejado en herencia el hoy diputado nacional y durante 9 años alcalde de Albacete (1999-2008). La ocasión la pintan calva para la contradicción. Frente al deseo, la realidad: Base Aérea, Maestranza, Eurocopter, Programa de Liderazgo Táctico (TLP) de la OTAN. ¿O no? ¿Equivale la paz al militarismo? La cuestión no es baladí: a buen seguro, la inmensa mayoría de la población prefiere el estado de paz al de excepción, alerta o guerra. ¿Equivale eso a estar contra las Fuerzas Armadas? ¿Es hipócrita esa herencia de Pérez Castell?

En nuestra provincia, la voz cantante en la materia la lleva la Plataforma contra la Militarización de Albacete, considerada en muchos sectores un reducto pasado de vueltas de aquel "OTAN no" del referéndum que metió a España por la puerta de atrás de la Alianza Atlántica, de puntillas, sin hacer ruido y por un exiguo 52,5% de votos a favor. Sin embargo, este colectivo recibe el apoyo más o menos firme de parte del tejido político y asociativo, y algunas voces de lo público denuestan, aunque sólo en privado, la pretenciosidad de que Albacete sea considerada esa "ciudad de La Paz". Amén de su presencia mediática, muy superior a la capacidad real de movilización que han demostrado en sus convocatorias de protesta pública.

Las autoridades no ayudan, precisamente, a eliminar las sospechas al respecto. En su burdo intento de desenmascarar la supuesta hipocresía, cada guiño hacia lo militar es presentado como lo que no es: un festival de flower power, un Bufón (soldado James T. "Joker" Davis) de La chaqueta metálica (Stanley Kubrick), con el emblema Born to kill (Nacido para matar) en su casco, mientras en su solapa porta el símbolo de la paz y el amor. Si hablaran claro y transparente, llamando a las cosas por su nombre, les resultaría más cómodo desactivar la denuncia que los antimilitaristas efectúan día sí, día también.

Y, por si fuera poco, la realidad tampoco ayuda. Si una de las especialidades del discurso antimilitar es insistir en el complejo político-financiero que le da soporte, ahí está la propia y polémica Caja Castilla-La Mancha para demostrarlo. Pero decir según qué cosas resulta caro: una publicidad institucional que no llega, una llamada incómoda desde el poder... En definitiva, hay más juegos de Tinta, Labia y Poder (TLP) que transparencia informativa, y eso siempre alimenta la idea de que huele a podrido, no en Dinamarca, sino aquí, en Albacete.

Máxime, cuando además ciertas inversiones que son recibidas con los aplausos de los palmeros de turno, se pueden utilizar también para el azote al rival político, con tal de arañar unos votos. Pasó en 2007, y demuestra hasta qué punto la política es la continuación de la guerra por otros medios.